miércoles, 20 de julio de 2011

El antílope saiga II


Como ya anuncié en mi última entrega de animales insólitos, invité al antílope saiga a pasar unos días en mi casa para entrevistarle, con el objetivo de concienciar a la gente de que su especie debe ser salvada de la extinción.
Confieso que lo esperaba un poco más alto. Sé que no soy del tipo de persona que puede juzgar la estatura de los demás, pero un pastor alemán lo habría adoptado como mascota. O como almuerzo.
Convivimos durante tres días, durante los cuales no se separó un instante del aire acondicionado. Parecía añorar el clima de la estepa rusa. A decir verdad, en pleno julio yo también lo añoro.
El primer impedimento que tuvimos fue la barrera del lenguaje: él sabía escribir, pero no hablar, así que toda la entrevista tuvimos que realizarla por escrito. Mejor; menos trabajo para mí.
Aquí os dejo la tan esperada entrevista con el antílope saiga: “Al borde de la extinción”.


Vera: Buenos días, señor antílope saiga.
Saiga: Por favor, llámame Saiga, y tutéame. Me gusta mostrarme cercano. [Se orina sobre la alfombra.]
Vera: [Estupefacta.] Bien... buenos días Saiga. Ya sabemos que tu especie se extinguió en todo el continente europeo, y has venido aquí para decir al mundo lo importante que es evitar vuestra desaparición también en Asia. ¿No es así?
Saiga: Creo que somos una especie importante para el planeta. Somos pequeños, pero nuestro aspecto es único y nuestras cualidades inigualables.
Vera: No lo dudo, pero por favor, deja de lamer el charco de orín mientras me hablas.
Saiga: Perdón.
Vera: No importa. Pero dime, Saiga. ¿Es dura la estepa?
Saiga: ¡Qué va! En realidad es un lugar bastante acogedor. Está aislada, el paisaje es bonito, y como es un destino turístico poco comercializado, siempre hay hierba fresca. ¡Tendrías que verlo! ¡Hay plantas por todas partes!
Vera: Con respecto a eso, he estado revisando una serie de notas, y por lo visto, buena parte de vuestra dieta se compone de plantas venenosas. ¿Estás seguro de que no queréis extinguiros?
Saiga: ¡Segurísimo! De hecho, ni siquiera sabía que esas plantas fueran venenosas. Ahora que lo dices, eso explica que todos los hombres que hallamos perdidos en la estepa y a los que guiamos hacia la comida mueran tras varios días agonizando con las manos aferradas al estómago.
Vera: Ahora, quiero pasar a un tema comprometido. En este blog, hemos especulado acerca de vuestro posible parentesco con la forma extraterrestre ALF. ¿Qué puedes decirnos acerca de este rumor?
Saiga: ¿Insinúas que mi padre es un marciano?
Vera: Un melmaciano en realidad.
Saiga: Escucha. ¿No te parece más lógico pensar que el creador de esa serie de ficción se inspiró en nuestra especie para crear a ALF?
Vera: [Permanece pensativa.]
Saiga: ¿No te parece lógico?
Vera: Te bebes tu propia orina.
Saiga: Ajá...
Vera: ¿Quieres terminar con unas palabras?
Saiga: Por supuesto. Queridos lectores: Proteged a nuestra especie. Gracias a nosotros, vuestros antepasados se alimentaron, se vistieron gracias a nuestra piel. Creo que ha llegado la hora de que, tras tantos siglos de daros a vosotros, seáis vosotros nos devolváis una parte. Cuidadnos: haced boicot a la medicina tradicional china, que utiliza nuestra cornamenta como ingrediente. Todo el mundo sabe que la medicina tradicional china es una patraña para gente con dinero: drogaros con fármacos hechos a partir de sustancias sintéticas, como la gente normal. Nosotros os estaremos eternamente agradecidos.
Vera: Gracias a ti. Ahora sí, limpia esa guarrada antes de irte.


(Imagen de la esposa de Saiga y su hija Catalina, por cortesía de National Geographic).

No hay comentarios: